jueves, 25 de octubre de 2007

10 años de progresos

Si en algo hemos cambiado considerablemente en estos últimos años ha sido en la VISIBILIDAD alcanzada. Algo que nos ha ayudado a encontrar más referentes y modelos, tanto para dar el paso y salir del armario, como para no sentirse tan solos al tener que construir una identidad propia, para ver que las parejas lesbianas y gays existen, y que hay gays de todos los tipos, estilos, profesiones, clases sociales…
Parecería que hemos conseguido la total normalización con la aprobación del matrimonio homosexual y otras conquistas sociales recientes. Pero el camino seguirá siendo largo para conseguir una mayor equiparación real al resto de los ciudadanos.
Algunos de los cambios y logros de estos años:
1. Un aumento de la VISIBILIDAD enorme. ¿Quién iba a prever manifestaciones del Orgullo de más de un millón de personas, en Madrid? La salida del armario de políticos, militares, sacerdotes, actores, abogados, jueces, médicos…gente de todos los niveles, en todo tipo de medios de comunicación. (Y en esto Zero ha sido verdadero protagonista)
2. Consecución del matrimonio gay. (Cuando hace una década todavía se luchaba por una ley de parejas de hecho). Ha aumentado la visibilidad de las familias homoparentales.
3. Mayor participación de sindicatos y partidos en las políticas de diversidad sexual y lucha contra la discriminación y la homofobia.
4. Desarrollo de las asociaciones gays desde lo político hacia lo social y los servicios: Aparición de asociaciones deportivas o de padres y madres de gays y lesbianas…
5. Desarrollo de los medios gays, con lo que implica de darnos una voz específica. (Zero, Shangay, Odisea, Egales)
6. La gran cantidad de libros publicados estos años, tanto ensayos como literatura. Historias del movimiento gay y lésbico. Teoría queer. Estudios sociológicos. Libros de divulgación…
7. La mejor imagen de los modelos que se presentan en las series de televisión o en películas de cine. Ya no son gente enferma, perversa, que se autodestruye…sino sanos, atractivos…
8. Aumento de la aceptación o de la tolerancia del campo LGBT entre los jóvenes, con una visión normal del hecho homosexual. Los adolescentes gays lo tienen “un poco” más fácil, y sobre todo en las grandes ciudades.
9. El aumento de la economía rosa, ha hecho que se creen servicios específicos, que se lancen muchos mensajes publicitarios dirigidos hacia los gays y lesbianas, de forma normalizada y que se desarrollen barrios como Chueca, en Madrid, y el Gayxample, en Barcelona. Barrios realmente abiertos a todos, que permiten la reunión con otros gays y lesbianas, con mayor sensación de libertad.
10. Internet ha sido fundamental para ayudar a muchos a salir de su clandestinidad, a conocer gente, a saber del tema, a poder aclararse, a afirmarse e incluso a luchar por los propios derechos.

¿Qué es lo que no hemos conseguido o por donde tenemos que avanzar?
1. Todavía hay 85 países en 2007 que criminalizan los actos sexuales entre adultos del mismo sexo. Siguen existiendo asesinatos y agresiones en muchísimos países.
2. La Iglesia se está revolviendo y lanzando una campaña cada vez más virulenta contra lesbianas y gays.
3. La autorrepresión afectiva sigue muy activa en muchos de los gays y es raro ver todavía muestras de afecto de parejas, en público, como algo normal.
4. El mundo rural, con su control y sus habladurías, sigue siendo un gran problema para muchos que se ven abocados a emigrar para vivir su homosexualidad.
5. La salida del armario y la auto-aceptación del hecho de ser gay o lesbiana, sigue siendo una prueba dura para la mayoría de los adolescentes, que no encuentran suficiente apoyo en sus familias, ni tampoco una educación en la diversidad sexual en la escuela.
6. La homofobia y las agresiones de todo tipo. A parte de agresiones físicas graves, hay una agresión continuada en forma de insultos, chistes, estereotipos casposos en algunas televisiones…que hay que seguir denunciando.
7. No hay que bajar la guardia con el tema del VIH, pues es incomprensible que se de tal tasa de prácticas de riesgo, como la que existe. Y los más jóvenes suelen venir más confiados, como si fuera un tema del pasado (“ya no se muere nadie de eso”), y algunos mayores no quieren cuidarse o creen que ya pasó el riesgo.
8. La tercera edad, así como los minusválidos o las personas que no entran adecuadamente en el circuito del consumismo gay, son los grandes marginados del momento.
9. Los problemas específicos de los emigrantes, que vienen con sus tabúes, sus prohibiciones culturales o religiosas, (como pasa también con los gitanos).
10. El desconocimiento que todavía se tiene en muchos ámbitos de las necesidades específicas y de la identidad de los gays y lesbianas: médicos, psicólogos, policías, asistentes sociales…Por no hablar de los que son francamente homófobos.


Mirando al futuro
La consolidación de una gran comunidad LGBT, tanto local como a nivel mundial, es muy importante para la normalización de nuestras vidas. Esto no implica un único “estilo de vida gay”. Es una posibilidad de transmitir de una generación a la siguiente experiencias históricas y sociales, que van a facilitar a las generaciones siguientes valores, ejemplos, modelos, para no tener que empezar desde cero, como antes.
Hacernos aún más visibles en todos los campos de la vida: profesionales, de ocio, de cultura, en los planes educativos, en los movimientos sindicales, en las universidades, en los partidos, en todo tipo de instituciones…así como en la calle. Que cada vez seamos más visibles con nuestras parejas, con nuestros hijos, que no se siga hurtando a la sociedad que somos iguales en derechos y no tenemos que vivir más en la ocultación, en la auto-represión de sentimientos, y no tenemos que sentir culpa o vergüenza de ser como somos. Valorando nuestra propia diversidad, para no caer en la intolerancia dentro de nuestro propio mundo, hacia los que tienen formas y maneras de comportarse, que no son las nuestras.
Podemos ayudar a crear una sociedad mucho más abierta, rica, menos machista y heterosexista, con roles de género menos marcados y más igualitarios.
Y no hay que tolerar la homofobia. En esto tenemos que ser intransigentes. Hay que seguir movilizados y asociados, para crear mayores espacios de libertad para los que aún no la tienen, sean en otros países, sean entre los emigrantes, sea en los ambientes rurales. Es importante seguir educando a la sociedad sobre nuestro derecho a ser como los demás. Y tenemos que seguir construyendo nuestra historia, nuestras identidades,investigando en áreas que nos son específicas, por nuestras peculiaridades como parejas, como padres, como seres sexuados.
No conocemos el futuro, pero hay ejemplos históricos de cómo la opinión pública puede volcarse contra nosotros, y otras minorías, en tiempos de crisis económicas o guerras o grandes cambios sociales. Siempre puede volverse a dar giros a la derecha, a valores tradicionales, al fundamentalismo religioso…Luego debemos permanecer alertas y denunciar cualquier movimiento involucionista.
Y por fin felicitar a Zero por sus cien números y desearle que siga siendo un referente fundamental entre los gays y no gays, por muchísimos números más.

Zero 100
agosto 2007

Atractivo y belleza interior

Para ser atractivo no es necesario cumplir con el canon de belleza, que solemos considerar, universal: joven, delgado, musculoso y bien parecido, como son los modelos de pasarela. La atracción se produce por muchos motivos influyendo modas, culturas, edades y los deseos específicos personales. Ser atractivo va a depender de quién mira, y de sus gustos. Y si no que se lo pregunten a los “osos” y a sus admiradores. O a los maduros que ven como son cortejados por jovencitos que aprecian la edad como un valor en sí mismo. Todos somos atractivos para alguien, aunque haya algunos más populares que otros. Pero no solo se atrae por lo externo, por el envoltorio.
Aún así en ciertos momentos nos dicen que estamos más guapos, y eso depende mucho del estado de ánimo. Cuando uno se encuentra bien, sereno, con entusiasmo vital, lo irradia hacia el exterior, y los demás lo notan. Se le dilatan las pupilas, apareciendo los ojos más brillantes, su piel se vuelve más turgente desapareciendo arrugas, se colorean las mejillas. Esto forma parte de cambios fisiológicos que se producen en el organismo cuando uno está en armonía y sobre todo cuando hay cierta excitación. Sentirse bien hace más atractivo. Nos hace aproximarnos a los demás con seguridad, con decisión, creando una imagen favorable.
Es verdad que hay una hiper-valoración de lo joven y podemos luchar contra el paso del tiempo, para parecer lo que no somos, pero creo que es más importante alcanzar un equilibrio interior y exterior. No luchar por “parecer”, sino por “ser”. Y ser lo que se es. El que no se acepta, se considera feo y acaba provocando rechazo, que es lo que teme. Cuando lo que se debe hacer es cultivar valores humanos como la ternura, el amor, la seguridad, la confianza, el diálogo... pues lo que compartimos de forma estable con los demás debe ser eso que somos, y no pasar por meros actores de unos personajes que sean atractivos a toda costa. A todos nos gusta ser reconocidos y valorados, pero un sano narcisismo se debe basar en la verdad de uno mismo y no en la simulación y la apariencia. Ésta vale para un momento, o para deslumbrar a un público ocasional, no para las relaciones duraderas: sean amigos o una pareja.
Las dificultades con el propio narcisismo llevan a rechazarse internamente, y a procurar el buscar ser aceptados por todos y en todo momento. Por eso puede darse un empeño en querer agradar como sea, empezando con el aspecto físico, descuidando valores internos como la inteligencia o la sensibilidad, dedicándose solo a cultivar el cuerpo. Acabamos siendo productos para ser consumidos en un mercado de la carne, y no personas que integran su posible belleza externa, con otros valores como la solidaridad, el humor, la creatividad, la espontaneidad, la sinceridad...que forman una suerte de belleza interna.
Gustar a los otros está muy bien, seducir, lograr admiración, pero no puede ser el objetivo principal de la vida de uno. ¡Qué pobreza y que vulnerabilidad! Y digo esto porque el que seduce se siente poderoso, y valioso, mientras le dura. Cuanto más alto llegue más temerá la caída, y por tanto más vulnerable se podrá sentir.
A todos nos esperan fenómenos como el envejecimiento, posibles enfermedades o minusvalías, pérdidas afectivas, y llegará un día en que no se podrá seguir con las apariencias y nos tengamos que enfrentar a nuestra propia realidad, que puede implicar una gran soledad y desamor, si todo se basó en la gratificación narcisista y se descuidó la relación con los demás.
No es que defienda una belleza interior y que haya que descuidar la exterior, pues sí es importante, y el que es más feo sabe mucho de esto, pero no se debe idealizar y magnificar la belleza externa, que es efímera y frágil, y que no debe ser un fin en sí misma, sino un medio para una vida mejor.


Zero 50 extra Cúidate
Marzo 2003

sábado, 13 de octubre de 2007

Testamento

Pensar en morirse no es una de nuestras actividades preferidas, pero es una eventualidad a tener en cuenta cuando se vive en pareja, pues podemos dejar al compañero en una situación verdaderamente compleja si fallecemos y no hemos hecho testamento a su favor. Entre otras cosas pueden echarle de la casa común si no estaba a su nombre e incluso puede perder sus pertenencias si nuestra familia no accede a entregárselas.
Una de las maneras que tiene cualquier pareja para demostrarse el compromiso, los deseos de cuidar al otro, y el amor es a través del testamento. Hasta ahora no tenemos prácticamente más que el registro de parejas de hecho, para demostrar nuestro compromiso y obtener mínimas ventajas legales. En un futuro parece que existirá la posibilidad de una unión legal. Pero siempre hubo y habrá la posibilidad de hacer testamento para aclarar a quién van los pocos o muchos bienes que se tengan, y que hoy por hoy, si uno no tiene hijos, van, en caso de fallecimiento, a los padres, únicos herederos forzosos.
Actualmente, solo una parte se puede legar a la pareja, en caso de que los padres vivan, pero al menos esa parte puede garantizarse al posible “viudo”. Y así evitar situaciones, a veces, terribles.
El amor no solo se demuestra con gestos cariñosos, sino también con previsiones de tipo económico, como ésta.(O un buen seguro de vida a nombre del otro). El problema del testamento es que toca nuestro miedo a la muerte y a hablar de ello y nos ataca el narcisismo, pues no nos gusta sentirnos vulnerables o frágiles, y ver que podemos morir de improviso.
No sé como quedará el asunto del matrimonio con las nuevas leyes que puedan salir en los próximos tiempos, pero mientras tanto (y, siempre, para los que no quieran uniones legales) el testamento es una posibilidad simbólica de declarar la importancia del vínculo con nuestra pareja, y de hacerlo sólo en la intimidad, si ese es nuestro deseo.

Abril 2004
Zero 64

Ha pasado tiempo de este artículo y ya es posible casarse y en parte se soluciona el tema de heredarse, pues se han ganado algunos derechos. Pero para el resto de las parejas sigue valiendo esta reflexión. Y para los paises en dónde el matrimonio es ilegal.

Expresión de los sentimientos

Los gays seguimos teniendo una asignatura pendiente con los sentimientos, pues como varones que somos hemos ido incorporando una serie de formas de ser que nos llevan a relegar a un segundo plano el reconocimiento y la expresión de nuestro mundo interior. Preferimos centrarnos en parecer fuertes y seguros. Siendo además la emotividad un rasgo asignado a las mujeres, con lo cual pasa a ser diferenciador con ellas y prohibido en la educación del varón.
Hay gays que creen que tenemos mayor sensibilidad o capacidad de expresión sentimental, por el hecho de ser homosexuales, pero esto es más que dudoso. Puede ser que haya una identificación con la sociedad, en su rechazo, que nos ha puesto encima un estereotipo: débiles, sensibleros, llorones, “locazas”, “nenas”...
La pluma o identificación con lo femenino, no nos hace estar más conectados con los verdaderos sentimientos profundos de uno mismo. Y tampoco nos cualifica mejor para expresarlos. El histrionismo de algunos, o su sensiblería, no necesariamente muestra lo que sienten. Puede ser incluso una gran fachada que les oculte ante los demás.
El varón tiende a no hablar de ese tipo de cosas. Le da más importancia al actuar que al hablar sobre sentimientos. Expresar sentimientos le hace sentirse vulnerable ante el otro. Mostrar un flanco a través del que ser atacado. Lo que lleva a querer pasar por alto determinadas situaciones conflictivas. Y al no solucionar los conflictos menores, mostrar una irritación inespecífica, que le lleva a estar malencarado, molesto con cosas que no vienen a cuento, o querer evadirse y huir.
Esto llevado a la convivencia de una pareja gay (entre dos hombres por tanto) la hace más complicada, pues quizás ninguno actúe de facilitador de esta comunicación, y se dé un estilo de relación en la que no se diga casi nunca lo que verdaderamente se siente y cómo se ve la marcha de la pareja; de cómo se ve el proyecto común; de la salida que se piensa a los conflictos que se estén viviendo o ver cual es la mejor actitud ante ellos.

Rara vez se quiere tomar el toro por los cuernos, pues afrontar este diálogo sobre lo que preocupa, lo que se teme, lo que se desea, es prácticamente imposible. Implicaría primero reconocer todas esas cosas para uno mismo, y ese tipo de pensamiento sobre lo que se siente y sobre lo que pasa interiormente es evitado. Asusta.
Además de la educación, hay un serie de causas que inhiben la expresión de los sentimientos como son: el temor al rechazo del otro y a su posible abandono; la falta de seguridad y confianza en uno mismo; la expresión brusca y desproporcionada que suele traer malas consecuencias (y por tanto llevan a evitar repetirlo y frenan un nuevo intento, creando un verdadero círculo vicioso).
Todo esto lleva en la pareja a que las tensiones se resuelvan periódicamente con salidas que no impliquen hablar. Por ejemplo un fin de semana romántico, donde se tengan relaciones sexuales a todas horas, donde se pasen horas haciendo cosas divertidas: bailar...y donde se logre una “reconciliación” que no implique reconocer causas del conflicto, ni siquiera la existencia de dicho conflicto.
Lo mejor sería aprender a reconocer lo que se siente , aceptarlo e intentar expresarlo a las personas adecuadas, sobre todo a la pareja. Si tengo rabia expresarla en el momento, (no guardarla y pagarlo en el momento inadecuado o con la persona inadecuada). Expresar si tengo tristeza o alegría, si es agradecimiento o desilusión, si es temor o confianza. Utilizar los sentimientos al servicio de la comunicación en la pareja, y no lo contrario.

Abril 2003
Zero 52

Agruparse

Nos pasamos la vida perteneciendo a grupos sin ser apenas conscientes de ello. La familia, una pandilla, un equipo deportivo, un barrio, un país, una empresa...Vivimos en grupos, como en “atmósferas” imprescindibles, que necesitamos para existir. Los grupos nos aportan muchas cosas: apoyo, solidaridad, identidad, y por eso nos gustan, aunque sea transitoriamente.
Como gays también necesitamos esa “atmósfera”, esa sensación de formar parte de un grupo humano. Y aunque podemos pertenecer a grupos en el mundo heterosexual, echamos de menos grupos que nos reconozcan de otra manera, en donde poder ser más libres y encontrar referencias respecto a nuestra orientación sexual.
Por eso antes o después todos acabamos pasando por los sitios de ambiente. Por que buscamos no sólo ligar, o comunicarnos, sino que también buscamos ese entorno psicológico. Aunque no se ajuste mucho a nuestra manera de ser.
No está de más plantearse la posibilidad de pertenecer a grupos específicamente gays, en los que encontrar una sensación de apoyo, libertad, solidaridad. Donde comunicarnos y poder crecer . Un entorno protegido que aporte bienestar psicológico y seguridad.
Todos conocemos la sensación de alivio, incluso de felicidad, que se siente cuando al estar en el extranjero, de pronto podemos hablar con alguien en nuestro propio idioma. Eso nos hace sentir protección y disminuye la sensación de aislamiento.
Por eso animo a todos a intentar encontrar esa experiencia de pertenecer a un grupo, que hable tu propio “idioma”.
Hay colectivos y asociaciones gays, y dentro de ellos hay grupos de lesbianas, de jóvenes, de sordos, de deportes, de cristianos, de seropositivos, de transexuales. O comisiones de prensa, de salud, de educación, de derechos humanos.
Lo que ocurre es que muchas veces se tiene prejuicios contra estos colectivos; lo que impide acercarse a ellos. Prejuicios en contra, sin haberse molestado en conocerlos o en tomar contacto con ellos ni siquiera una sola vez. Sin tener una experiencia directa de dichos grupos.
Si esa vía no se ve adecuada, después de haberla intentado, yo animo a la creación de grupos en el ámbito que nos afecte o interese: por ejemplo, de padres gays, o de padres de gays, o un equipo de fútbol , o un grupo para leer libros en común y luego discutirlos, o un coro, o un grupo de universidad, o de pedagogos, o de cocina para solteros, o de cualquier cosa.
Las ventajas de agruparse son tantas que no voy a insistir. Sólo creo que merece la pena probar, aunque sea por un tiempo, y ¡a ver que pasa!.

agostos 2002
Zero 44

Problemáticas psicológicas por ser gay

El hecho de ser gay o lesbiana implica vivir con unas cargas de estrés y de sufrimiento que, en principio, se ahorran los heterosexuales. Esto hace que a veces nuestros problemas psicológicos puedan parecer debidos a la “esencia” de la homosexualidad, y no a que padecemos por el hecho de serlo en una sociedad tan homófoba.
La principal fuente de estrés para todo gay es la vivencia del rechazo social. El saber que se tiene un estigma, una marca invisible de la que uno no se puede desembarazar, y que nos hace vulnerables al insulto de los otros, que representan a lo “normal”, a lo aceptable, a lo “natural”. Esta vivencia del insulto se tiene desde muy pequeño, y genera mucha ansiedad para el niño y adolescente rodeado, casi exclusivamente de un ambiente homófobo activo (en el colegio o en la familia)
Una segunda fuente de estrés es el proceso de autoidentificarse como gay, asumirlo, aceptarse y comunicarlo a los demás. Este proceso es único para cada uno de nosotros. No sigue un patrón establecido y único, y la sociedad no lo favorece en absoluto. Todo gay parte de cero, pues en principio uno es hetero (de cara a los demás y a uno mismo), mientras no se demuestre lo contrario .Todavía son muchos los adolescentes que se suicidan por causa de su no aceptación de la homosexualidad. Pero son más aún los que viven en secreto todas las ideas, emociones, sensaciones que experimentan en relación a su sexualidad, que les lleva a atormentarse con temores futuros, con dudas, con incertidumbres…y que no les permiten desarrollar una adolescencia más equilibrada o armónica.
Cuando ya uno se acepta, más o menos, viene el tema de adquirir una identidad gay, que no necesariamente coincide con nuestros gustos y aficiones, o con nuestros valores y costumbres. La estrechez del estilo de vida gay, con casi únicos lugares de socialización los clubs y bares, en los que hay que consumir alcohol, drogas y practicar una búsqueda casi exclusiva de sexo, que no de amor…
Otro tema es la vivencia de soledad, por las dificultades de encontrar pareja. Somos pocos estadísticamente, y encima el ambiente favorece la creencia de que las parejas son imposibles de conseguir.
Y esto nos lleva a otro problema y es la interiorización del discurso social negativo que se tiene sobre los gays: que además de solos, somos autodestructivos, adictos, promiscuos… Y lo malo que cuando uno se lo cree, lo cumple (profecía autocumplida). De hecho hay gays que creen que como antes o después contraerán el VIH, pues para que cuidarse, si seguro que lo van a pillar.
Y por último, las presiones del modelo gay imperante en el ambiente, en donde solo se valora el hedonismo, una idealización del cuerpo joven y musculado, que lleva a obsesiones por el ejercicio y a posibles trastornos alimentarios. Alienando a los gays de sus propios valores, y creando malestar, sensación de desvalorización para los que no lo consiguen, y exclusión en el propio ambiente.

Diciembre 2006
Zero 93