domingo, 20 de mayo de 2007

La familia avergonzada

Las salidas del armario ante los padres y hermanos, producen muchas reacciones en la familia, y una de ellas es la vergüenza.
Esta posición de vergüenza implica que la familia no ha aceptado completamente el hecho de la homosexualidad de su hijo o hija, que están muy influidos por la realidad heterosexista que les rodea y temen el rechazo social si los demás se enteran de que tienen un hijo gay. Incluso temen que les culpen de no haberlo hecho bien en su educación.
Los padres nunca están preparados para el hecho de tener un hijo gay, por que viven en la ilusión de que solo existe la heterosexualidad, de que esa es la norma. Que si eso ocurriera es como cuando te sale un hijo drogadicto o delincuente: una desgracia de la que hay que avergonzarse y ocultarla en secreto.
Con ese planteamiento, se les destroza su ilusión sobre su familia, sobre la realidad de ese hijo, sobre su futuro. Se ven influidos, en principio, por el imaginario social negativo, de que su hijo va a ser desgraciado, que va a vivir una vida disoluta, o al menos muy dura, que no van a ser abuelos…Están decepcionados y no pueden creer que tengan esta desgracia en casa. Que algo mal han debido de hacer. Buscan culpables. Se cabrean. Se sumergen en un mutismo destructivo, que les aísla de otros familiares, de hijos e incluso de su propia pareja. Se distancian de amigos.
No se atreven a salir del armario como padres de un gay o lesbiana, y tienen que afrontar los mismos prejuicios, injusticia, homofobia, que su propio hijo o hija. Tienen que ponerse en camino de aceptarse como padres de un chico o chica gay, a la vez que aceptan a su hijo.
Si permanecen en ese estado de no aceptación, sufren un deterioro personal y familiar, al no poder integrar esta nueva realidad en su vida cotidiana, familiar y social.
La señal de que lo van aceptando puede ser que lo hablan con otros familiares, o que están dispuestos a sacar el tema con el hijo, que le preguntan sobre su vida, sobre sus amigos o su pareja, que están dispuestos a incluirlos en reuniones familiares o les invitan a venir a casa. Y que incluso están dispuestos a implicarse en temas relacionados con la causa gay, como la manifestación del día del orgullo, o asisten a alguna charla de una asociación glbt. O que leen algún libro sobre el tema y quieren comentarlo con otras personas.

Abril 2005
Zero 76

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