Está claro que en cualquier amistad puede surgir el deseo o incluso el enamoramiento, y estos llevar al sexo. Pero ¿ qué ocurre con la amistad? Y ¡de qué tipo de amistad estamos hablando?
Si aparece el sexo lo normal es que no sea con una amistad verdadera o profunda, sino que sea con un conocido. Que se dé con alguien con quien tenemos simpatía, al que sentimos amigo, pero no lo que entiendo por un amistad verdadera.
La amistad verdadera es una peculiar comunicación entre dos personas; que quieren realizar el bien mutuo y buscan la perfección del ser del otro. Algunas cualidades de este tipo de relación son: el respeto, la franqueza, la libertad, la independencia y el cuidado del otro. Para los amigos verdaderos lo esencial es la propia relación, el encuentro. El sentimiento de que importamos a otro por lo que somos y no por lo que tenemos.
Cuando surge una atracción erótica los amigos pensarán que eso no es lo esencial; aunque les apetezca jugar con esos sentimientos y poner en práctica ese deseo sexual. Lo normal es que aunque incluyan el sexo en la relación se les pase tras un tiempo. Pues ambos saben que no van a establecer un compromiso de pareja, pues no quieren exclusividad, la convivencia continuada, la posesión, el tener cosas en común (casa, dinero, hijos). En la amistad es muy importante la sensación de libertad frente al otro, de la ausencia de un interés o motivación que no sea más que el del encuentro, el del compartir ese trozo del trayecto de vida, que no condiciona el camino del otro. Si el deseo lleva a querer seducir, a fingir, a querer poseer al otro, a necesitarle demasiado, se está forzando lo que caracteriza a una amistad verdadera. En el sexo hay poder, hay dependencias, hay condicionamientos que no los tolera la amistad. Podemos decir que la amistad verdadera es una forma de amor, pero un amor casto. En donde la ternura sí aparece, pues ésta no implica posesión.
Con esto no digo que no sea posible lo sexual, pero que complicaría mucho la amistad y la podría llevar al traste, o transformarla en una pareja de amantes (que ya sería otra cosa).
Si, por ejemplo, uno de los dos amigos tuviera su pareja, probablemente el amigo soltero no querría realizar su deseo erótico para cuidado de la relación con el amigo y no crearle una tensión o un conflicto. La amistad tiene una ética muy exigente. Se basa en hacer el bien de ambos, y no puede sacrificar esa ética por un deseo. Cosa que sí podrían hacer dos amantes que no son amigos verdaderos. Pues la pasión se antepondría a la amistad.
Es cierto que antiguos amantes pueden acabar siendo buenos amigos, pero cuando ya desapareció todo deseo erótico, y ambos se viven con libertad. Los buenos amigos rara vez pasan a ser amantes, pues prefieren ese tipo de relación tan valiosa, y tan difícil de conseguir, a la otra que puede ser efímera.
Abril 2004
Publicado en Zero 64
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